lunes, 21 de mayo de 2012

Para Pentecostés adsis

   Buscando estar presentes y ser testigos de Jesús, partícipes del Reino en esta sociedad nuestra, ya somos movidos por el Espíritu. Felicidades a todos los que buscan surfear su suave brisa o arrancar con su huracán tanta raíz de mal que hace sufrir a tantos.
   Algo nuevo sigue naciendo en el mundo desde Dios...

   Queremos construir, los adsis en Pentecostés, Iglesia con los jóvenes y los pobres, por eso vamos creando lazos, oportunidades, como aquella del verano en Azkárate... a ver este verano con cuantos más nos vinculamos eh!

   Y vamos conociendo lugares, como Senegal, que nos abren al mundo y nos meten de lleno en el corazón de Dios, presente en cada persona.... ¿cómo no tener a todos en la mente cuando buscamos hablar con El?

   También a los viejos amigos, que siguen creciendo como Iglesia en Portoviejo (Ecuador), donde yo dí mis primeros pasos de cura...
y donde este mes se ordenó nuestro hermano Pablo Vera, primer cura adsis latinoamericano ¡¡¡ un gran abrazo ñaño!!! 

   En fin, a seguir volando al viento del Espíritu, sin redes que nos atrapen,

 y sabiendo donde esta lo esencial...jejeje...


¡ánimo!




sábado, 19 de mayo de 2012

Imágenes de Senegal

   Un saludo y unas imágenes de la preciosa Fadiouth, en Senegal... quizas os sirvan para ilustrar algun tema, podéis hacerlo.
 La Taverne du Pecheur.

 El manglar.


 La barra que separa del océano.


  Las embarcaciones típicas que dan nombre al país Senegal.




La devoción popular a S. Francisco Javier.

 
Los famosos graneros vistos desde el cementerio mixto, signos de identidad de Fadiouth.

Con Pierre e Iñaki en canoa por el manglar

 Collares senegaleses.

 La artesanía africana decora la capilla de Gijón.


lunes, 14 de mayo de 2012

Cristianos de Senegal

   Ha sido una experiencia fantástica viajar a Senegal. Estuve con Iñaki, otro adsis de Asturias, visitando Fadiouth, en la costa atlántica, para preparar una actividad del próximo verano allí con jóvenes españoles. Hemos hecho las reuniones y trabajos que necesitábamos pero sobre todo nos hemos encantado de la acogida de aquellos amigos. Allí llaman Teranga a la hospitalidad... eso y el respeto por lo sagrado y los ancianos me ha impactado. Su vida espiritual comparte las tradiciones antiguas (el baobad, el rey del mar, los enterramientos, etc...) con la fe cristiana, muy vivamente. Aunque el país es mayormente musulmán, la convivencia religiosa (más allá de la tolerancia) es muy buena y nos dan un ejemplo a los demás países...

   La parroquia de Fadiouth es San Francois Xavier, casualmente paisano mía de Navarra, lo cual es emocionante: ver allí su imagen, ver cómo lo quieren, y luego escuchar sus cantos de Misa ha sido muy bonito.

   En fin, esperemos que podamos ayudar en julio en algo a aquellos amigos y que sigamos visitándoles y aprendiendo mutuamente. Dejo algunas imágenes de nuestra visita a Fadiouth.

    Los amigos que nos recibieron en Dakar, en el colegio Notre Dame, con la hermana directora y sus niños.



   En Dakar visitamos su catedral y de camino a Fadiouth vimos la mezquita de Mbour en construcción.




   Fadiouth es una isla preciosa, sus ancianos son respetados y su parroquia es envidiable...








   Los baobads marcan los lugares espirituales, en el centro de la isla y en el cementerio...





   Su cementerio es mixto de cristianos y musulmanes, efectivamente desde él se ve la isla y en ella la mezquita, la parroquia católica y el baobad... Un ejemplo de convivencia!!


   Para que no sea todo hoy de Senegal y como se acerca Pentecostés comparto una bella historia. Un gran abrazo!
EL RÍO, LA ARENA Y EL VIENTO
Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto. Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaban a éstas.
Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto, y sin embargo, no había manera. Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo, le susurró: “el Viento cruza el desierto, y así puede hacerlo el río”.
El río objetó que se estaba estrellando contra las arenas, y solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.
“Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo, no lograrás cruzarlo. Desaparecerás, o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino”.
¿Pero cómo podría suceder esto? “Consintiendo en ser absorbido por el viento.”
Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo, él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. “¿Y, una vez perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?”.
“El Viento”, dijeron las arenas, “cumple esta función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río”.
“¿Cómo puedo saber que esto es verdad?”.
“Así es, y si tú no lo crees, no te volverás más que un pantano, y aún eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río”.
“¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?”.
“Tú no puedes en ningún caso permanecer así”, continuó la voz.
“Tu parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial”.
Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él, ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó -¿o le pareció?- que eso era lo que realmente debía hacer, aun cuando no fuera lo más obvio.
Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas millas más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia. Reflexionó: “Sí, ahora conozco mi verdadera identidad”.
El río estaba aprendiendo, pero las arenas susurraron: “Nosotras conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras, las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña”.
Y es por eso que se dice que el camino en el cual el Río de la Vida ha de continuar su travesía, está escrito en las Arenas.
* * *
Esta hermosa historia es corriente en la tradición verbal de muchas lenguas, circulando casi siempre entre los derviches y sus discípulos. Fue transcripta en la obra La Rosa Mística del Jardín del Rey” de Sir Fairfax Cartwright, publicada en la Gran Bretaña en 1899. La presente versión es de Awad Afifi el Tunecino, que murió en 1870.

viernes, 4 de mayo de 2012

En Senegal con Adsis.

Queridos amigos escribo desde Senegal hoy. Estoy en Fadiouth, preparando el campo de trabajo Adsis del próximo verano con jóvenes amigos de Asturias y Navarra. Es una isla en la costa, muy interesante.
Esto es fabuloso. Desde el punto de vista cristiano es una Iglesia muy viva y floreciente, en un país donde el 95% son musulmanes, pero la convivencia es ejemplar.
Hoy solo quiero compartir la intensidad ya que no puedo colgar imágenes, parece; otro día escribiré más. Ahora hace mucho  calor aqui.
Un abrazo.