viernes, 24 de abril de 2015




Amantes de la selva

 No sé qué tiene la selva que a todos los ecolos nos fascina. A mi desde pequeño, desde luego. La inmensidad, el peligro, el misterio y a la vez el desgarrador peligro de ser devastada, arrancada, eliminada de cuajo. He llegado a conocerla en el Orinoco venezolano y en las costas del Pacífico ecuatoriano ¡qué grandeza!



Además de la desertización que las empresas de carne fueron provocando desde hace décadas (aquello de quemar selva y tener pastos para las reses que surten nuestras mesas y hamburgueserías) y de la saca furtiva de tanta madera tropical, hoy da más miedo la sustitución de las selvas tropicales por amplios cultivos de palma, simétricos y sombríamente idénticos en su genética. Yo lo conocí en la querida Esmeraldas de Ecuador: Era escalofriante ver salir por el cruce de San Mateo los camiones madereros, que venían del norte, cargados con troncos enormes. Esa palma es la que produce el aceite que llevan tantos de nuestros “alimentos industriales” (parece que la multinacional Pepsico sabe mucho de ello).


Hay gente organizada para pelear contra semejante ecocidio. Me parecen punteros los de http://www.saynotopalmoil.com/ , es la lucha de David contra Goliat, pero van avanzando lentamente.

Y nosotros como consumidores podemos dar pasos también mirando las etiquetas. Un amigo de este grupo nos dice acertadamente: Yo, cuando compro, rechazo todo producto que ponga “Grasa vegetal”, “Aceite vegetal”. Tiene que poner “Aceite de oliva, Aceite de girasol, Aceite de maíz, Aceite de soja”… pero tiene que poner de qué es el aceite. Si no lo pone, indefectiblemente será de Palma o Coco”.

Y como ciberactivistas ambientales a mí me parecen muy interesante el grupo y la web de “Salva la Selva”. Suelen ponerte al dia de los puntos calientes donde hace falta decir algo y nadie parece enterarse (normalmente porque nos suelen pillar lejos estos conflictos y creemos no nos afecten). Recomiendo la inscripción en su boletín para ir sumando voces contra la destrucción impune del ecosistema más atractivo que tenemos aún, la selva tropical.

Por cierto, una de sus campañas actuales es sobre palma aceitera y campesinos filipinos, si quieres participar ya:
https://www.salvalaselva.org/mailalert/973/filipinas-detener-la-palma-aceitera-en-palawan

 

 

martes, 7 de abril de 2015

Gente de la era plástica



Gente de la Era Plástica





 
Tirando del hilo de la Cuaresma y de los sacrificios que nos educan veía el otro día aquello de ayunar en el consumo de envases y plásticos. Me parece muy ajustado al sentido de reencontrar una vida más sencilla y menos “artificial”.

Dicen que en el futuro seremos conocidos como los que vivieron en la “Era del Plástico”. Y es verdad, hoy el plástico en nuestras vidas es a la vez imprescindible y peligroso. Peligroso primero en el sentido de su posible toxicidad y recordamos la campaña ganada hace años por Greenpeace para que se suprimieran ciertos agentes químicos (ftalatos) en los plásticos para juguetes infantiles (asusta pensar que pueda ser cancerígeno el juguete que muerde un bebé y que no sean las empresas las que lo supriman al menos por precaución). Peligroso también porque si se incinera genera gases tóxicos, incluidas las venenosas dioxinas. Y peligroso, en fin, porque su acumulación en el vertedero universal que son los océanos empieza a ser ya preocupante, sobre todo si pensamos que se pueden incorporar ya a nuestra cadena alimenticia.

Quizás habéis visto ya esas imágenes espantosas de aves marinas, tortugas o cetáceos totalmente ahogados, enredados o intoxicados por restos plásticos. También los científicos alertan de los micro-residuos, que forman una especie de sopa difícil de limpiar, cuyos efectos ecológicos aún no sabemos calibrar.

Casi todo el plástico producido alguna vez todavía existe, no se ha degradado. Y se cree que la producción y vertido todavía crecerá mucho en los próximos años. Es bueno saber que los países más contaminadores actualmente son los asiáticos, que están creciendo económicamente de la peor manera, parece. China es, con diferencia, la mayor contaminante de plásticos.

De todos modos al mar, a los seres vivos y a nuestros propios organismos no les importa quién lo produce, les daña su alarmante acumulación.

Como consumidores podemos hacer mucho. Este es el típico ejemplo donde sí deberíamos ya estar cambiando las cosas, porque dependen de nuestros hábitos de compra y uso (otro dia hablaremos del reciclaje).

El uso de bolsas de plástico en los comercios empieza a estar ya regulado para reducir su volumen (un millón de bolsas por minuto a nivel mundial). Podríamos acostumbrarnos a no usarlas y a reutilizar las que necesitamos tener. También podemos evitar el uso de envases, retornando a las botellas de vidrio por ejemplo. Seguro que cada uno puede pensar qué plásticos innecesarios podría evitar consumir (en mobiliario, materiales de oficina, ropa y sobre todo en envases y embalajes).

En inglés, lo explican breve y claramente en este video de National Geographic:

¿Qué opinas, seremos capaces de redirigir nuestro estilo de vida en este aspecto? ¿Cómo puedes tú empezar a cambiar las cosas? A no ser que prefieras ser un fósil plastificado… Animo.