lunes, 23 de mayo de 2011

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Vamos a ver si recuerdo como era ésto, paciencia ok?





Desde Asturias,  Pedro J.

Un texto de Tomas Merton en tiempos primaverales y de pascua:

Oración a Dios, mi Padre, en la Vigilia de Pentecostés.

Hoy te alaba, Padre, este cielo azul. Te alaban las delicadas, verdes y anaranjadas flores del liriodendro. Te alaban también las lejanas y azules colinas, junto con el aire suavemente aromático y lleno de brillante luz. Te alaban las revoltosas alondras, junto con las vacas que mugen y las ruidosas codornices allá lejos. También yo te alabo, Padre, junto con todas esas criaturas, mis hermanos y hermanas. Tú nos has creado a todos juntamente, y Tú me has puesto a mí aquí esta mañana en medio de ellas. Y aquí estoy.

He orado largas horas en los años pasados, en medio de la oscuridad, el dolor y la confusión. Sin duda, de esa confusión era yo el culpable. Sin duda, mi propia voluntad era la raíz de mi dolor. Lo lamento, Padre misericordioso. Pero, cualquiera que pueda haber sido mi pecado, la oración de tus amigos por mí y mis propias oraciones han sido respondidas, porque ahora estoy aquí, en este monasterio, delante de Ti. Aquí me ves. Aquí me amas. Aquí me pides que responda con mi amor y mi confianza. Aquí me pides que no sea más que tu amigo.

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