domingo, 19 de junio de 2011

GAFAS

Saludos a todos/as, por si no lo leísteis en la última revista "Presencia" de Adsis, cuelgo aquí un articulillo que publiqué. La revista se puede ver en nuestra web http://www.adsis.org/ y la podéis recibir en papel si la pedís a Secretaría.
Las imágenes son de Portoviejo y Esmeraldas, en Ecuador.
Espero que todo sea sugerente.





Gafas

Desde pequeño uso gafas. Rompí varios lentes jugando en el patio de la escuela y ya de joven me libré de la mili (antes el servicio militar era obligatorio en España) porque “era un peligro para mi país”, según dijo un capitán médico.
Si no llevas gafas, para ver bien hay que acercarse mucho, cuanto más mejor, enseñó mi miopía a mi cerebro. Y he crecido con esa ley inmutable, el reflejo aprendido de acercar la cabeza para enfocar, durante casi medio siglo.
Pero ¡qué sorpresa! Hace ya unos meses esa ley ha ido cuestionándose y la propia experiencia la ha hecho caer. Ahora leo mejor los textos alejándolos a un brazo de distancia. Lo llaman presbicia y ahora, además de presbítero, soy présbite. Siento cierta extraña alegría rebelde alejando la cabeza y oyendo interiormente cuando el cerebro dice “¿qué es eso nuevo que está pasando que ahora se ve mejor poniendo algo de distancia?”.
También en la vida, en la fe voy aprendiendo algo parecido. De la “irreductible aldea gala” fui a vivir a Roma y ví de cerca mucha Iglesia: a pesar de ciertas cosas mejorables, mayormente me gustó. Luego fui a vivir a la periferia pobre, a la Iglesia que se asoma al Pacífico y crece sufriente y alegre en Ecuador. Y me gustó también, quizás porque la distancia a Roma y la engreída Europa fuera mayor y desde lejos se veía, leía y vivía mejor el Evangelio.
Hoy vivo en Asturias, voy aprendiendo a combinar distancias y a ver con nuevos ojos, más interiores. El cerebro sigue diciendo “¿qué es eso nuevo que está pasando que ahora se ve mejor poniendo algo de distancia?” pero ahora ya no es lejanía física, es perspectiva vital y eclesial.
Y mi cerebro va madurando y dejándose hacer: pronto usaré lentes bifocales, con entrenamiento veré de cerca y de lejos correctamente. Y como cristiano desde Roma y desde los más pobres. No está mal hacerse viejo pues.
 


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